En una jugada que pocos se esperaban, el precandidato presidencial Felipe “Pipe” Córdoba le dio un giro inesperado a la campaña: decidió mostrar públicamente sus exámenes toxicológicos, convirtiéndose en el primer aspirante en hacerlo. Con un estilo fresco y directo, Córdoba dejó claro que para gobernar a Colombia hay que estar “en plena forma y con la mente despejada”.

La movida no solo levantó comentarios en redes sociales, también puso a pensar a más de uno en la política nacional. Pipe no se quedó ahí: retó al presidente Gustavo Petro, a su gabinete y a todos los demás candidatos a hacer lo mismo. Su mensaje fue contundente: “Los colombianos merecen un líder sin dudas ni sombras, capaz de tomar decisiones con responsabilidad y total claridad”.

Lejos de sonar como un ataque, Córdoba presentó su iniciativa como un compromiso de vida pública: prometió que, de llegar a la Casa de Nariño, repetirá periódicamente este ejercicio de transparencia, convirtiéndolo en una práctica para fortalecer la confianza ciudadana.

Con su estilo cercano, remató con una frase que refleja su sello personal: “Yo madrugo a trabajar y trasnocho trabajando por los problemas de la gente. Colombia necesita recuperar la confianza, y vamos a lograrlo juntos”.

En medio de campañas llenas de discursos repetidos, Pipe Córdoba logró ponerle un toque distinto: un acto de transparencia que muchos califican como valiente y que lo perfila como uno de los candidatos con mayor sintonía con la gente.

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Redacción Faranduleando

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